Tener la experiencia de una sesión de estiramientos Mézières, me acerca a misma, te acerca a ti mismo, hay un reencuentro con lo que somos verdaderamente, como si el cuerpo fuera el conducto de unión con lo esencial en nosotros.
A menudo e cuerpo se encuentra presionado por pensamientos constantes, sin tregua, o acelerado por el estrés del día a día. Este funcionamiento agitado se suele normalizar y poco a poco se van reduciendo las posibilidades de comunicación con el cuerpo. No hay el tiempo, o no se sabe cómo llegar a él.
Pero la reconexión de esta comunicación se puede dar muy fácilmente: un baño en la playa, una respiración profunda, la contemplación de la belleza, el calor del sol entrando por la espalda, una caricia pausada o un abrazo y sobretodo, la calma mental.
Durante una sesión de estiramientos Mézières trabajamos para equilibrar las cadenas musculares y para hacer más fluida la respiración. La mente escucha y activa los músculos necesarios para el movimiento que se proponen, está viviendo el momento presente. Las preocupaciones quedan atrás, los controles, las obligaciones, las censuras. La mente se encuentra tranquila haciendo las propuestas de los estiramientos y vamos entrando en el cuerpo y vamos entrando en nosotros mismos y todo se vuelve fácil.
Hace 27 años que realizo esta práctica y siento que me sostiene para estar más libre a nivel corporal, mental y anímico.
Montserrat Reverté, Barcelona, mayo 2019.